La hidratación en niños deportistas es esencial para mantener el rendimiento deportivo y prevenir la deshidratación. Los niños y niñas en edad escolar tienen una menor eficiencia en la regulación del calor corporal en comparación con los adultos, lo que los hace más propensos a la fatiga y al riesgo de lesiones si no reciben una ingesta adecuada de líquidos (Casa et al., 2000).
El Australian Institute of Sport (AIS) destaca la importancia de mantener una hidratación constante antes, durante y después de la actividad física, adaptando las estrategias según la duración e intensidad del ejercicio (Australian Institute of Sport, 2020).
Factores que afectan a la “pérdida de fluidos”
Varios factores pueden aumentar la pérdida de líquidos en niños deportistas, entre ellos:
- Temperatura ambiental: En climas cálidos, los niños tienen mayor dificultad para disipar el calor corporal y pueden sudar en exceso.
- Duración e intensidad de la actividad física: Los deportes de alta intensidad provocan un aumento en la temperatura corporal y, por ende, en la pérdida de líquidos (Sawka et al., 2007).
- Estado de hidratación previo: Un niño que inicia la actividad con niveles bajos de hidratación tendrá mayor dificultad para mantener su rendimiento deportivo y regular su calor corporal.
- Uso de ropa inadecuada: La vestimenta sintética o poco transpirable puede aumentar la temperatura corporal y acelerar la deshidratación.
¿Qué cantidad de agua necesitan los niños?
Para prevenir la deshidratación, se recomienda que los niños y niñas deportistas sigan estas pautas:
- Antes de la actividad: Beber entre 200 y 300 ml de agua 30-60 minutos antes del ejercicio (Australian Institute of Sport, 2020).
- Durante la actividad: Tomar entre 100 y 200 ml de agua cada 15-20 minutos, dependiendo de la intensidad del ejercicio (Maughan & Shirreffs, 2010).
- Después de la actividad: Reponer entre el 150-200% del peso perdido en líquidos en las siguientes horas tras el ejercicio. Por ejemplo, si un niño pierde 500 g de peso, debería consumir entre 750-1000 ml de agua (Casa et al., 2000).
Bebidas que debe limitar
Si bien la hidratación de niños debe basarse principalmente en agua, en algunas circunstancias podrían beneficiarse de bebidas con sales minerales. Sin embargo, es importante limitar el consumo de:
- Refrescos y jugos azucarados: Contienen altos niveles de azúcares que pueden causar picos de energía seguidos de fatiga rápida.
- Bebidas energéticas: No recomendadas para niños debido a su alto contenido de cafeína y estimulantes.
- Bebidas isotónicas: Útiles solo en entrenamientos de alta intensidad o prolongados (más de 60 minutos) en climas calurosos (Maughan & Shirreffs, 2010).
Señales de deshidratación
Es crucial reconocer los signos de deshidratación en los niños y niñas para actuar a tiempo. Algunos indicadores incluyen:
- Orina oscura: Una orina de color amarillo oscuro indica un bajo nivel de hidratación (Casa et al., 2000).
- Sed intensa: Sentir sed es una señal tardía de deshidratación.
- Fatiga y mareos: La pérdida de líquidos afecta el sistema cardiovascular, reduciendo la energía y aumentando la sensación de agotamiento.
- Dolor de cabeza y piel seca: Indican una baja circulación de líquidos en el organismo (Ganio et al., 2011).
Si un niño presenta signos graves de deshidratación, como confusión o piel fría, se deben aplicar toallas mojadas en la piel para reducir la temperatura y esperar a que llegue el personal de emergencia (Sawka et al., 2007).
Termorregulación e Hidratación en Niños que Realizan Actividad Física
La termorregulación en los niños es menos eficiente que en los adultos, lo que los hace más vulnerables a la deshidratación y al golpe de calor. Para mitigar estos riesgos, es fundamental implementar estrategias de hidratación personalizadas y fomentar pausas frecuentes para la ingesta de líquidos.
El AIS recomienda adaptar la cantidad de líquidos según la duración e intensidad del ejercicio, además de considerar factores individuales como el peso corporal y las condiciones ambientales (Australian Institute of Sport, 2020).
Conclusión
La hidratación en niños deportistas debe ser una prioridad para garantizar un rendimiento deportivo óptimo y prevenir la deshidratación. Beber agua en cantidades adecuadas antes, durante y después de la actividad física es clave para mantener el equilibrio de fluidos en el organismo. En deportes de alta intensidad o condiciones climáticas extremas, el uso de bebidas isotónicas con sales minerales puede ser beneficioso.
Promover hábitos de hidratación adecuados desde la infancia es esencial para que los niños y niñas disfruten del deporte de manera segura y saludable.
Referencias
- American Academy of Pediatrics. (2015). Hydration and Your Child. Retrieved from https://www.healthychildren.org
- Australian Institute of Sport. (2020). Hydration Guidelines for Young Athletes. Canberra: AIS Publications.
- Casa, D. J., Armstrong, L. E., Hillman, S. K., Montain, S. J., Reiff, R. V., Rich, B. S., … & Stone, J. A. (2000). National Athletic Trainers’ Association position statement: fluid replacement for athletes. Journal of Athletic Training, 35(2), 212-224.
- Ganio, M. S., Armstrong, L. E., Casa, D. J., McDermott, B. P., Lee, E. C., Yamamoto, L. M., & Marzano, S. (2011). Evidence-based approach to lingering hydration questions. Clinical Journal of Sport Medicine, 21(4), 375-382.
- Maughan, R. J., & Shirreffs, S. M. (2010). Development of individual hydration strategies for athletes. International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism, 20(3), 236-246.
- Sawka, M. N., Burke, L. M., Eichner, E. R., Maughan, R. J., Montain, S. J., & Stachenfeld, N. S. (2007). Exercise and Fluid Replacement. Medicine & Science in Sports & Exercise, 39(2), 377-390.


